miércoles, 2 de noviembre de 2016

24 DE OCTUBRE "DÍA DE LA BIBLIOTECA"

Día de la Biblioteca 

24 de octubre de 2016


 PREGÓN DEL DÍA DE LA BIBLIOTECA 2016

Una luciérnaga es una isla perdida en la noche más densa. Cien luciérnagas, una constelación misteriosa que marca el rumbo hacia otros universos. Así, con esa estrategia de luz, se organizan los libros que moran en las bibliotecas. Son caricias fosforescentes que incendian los sueños y recomponen los corazones grises hasta hacerlos recobrar su color rojo brillante. Cualquier individuo que padezca el síndrome del corazón gris, debería ponerse en manos de un experto y visitar una biblioteca.

Para escribir un libro, además de hacer malabarismos con las palabras hay que ser una desvergonzada o un loco. Un atrevido, una excéntrica descontrolada. Llevar un calcetín de lunares, otro de rayas y los pelos de punta. Una cresta como las que lucen las cacatúas sería un peinado muy interesante para un escritor. Solo las mentes más disparatadas son aptas para escribir libros. Pero para custodiarlas no es suficiente con tener un desajuste en los cables cerebrales. Es indispensable ser de fuera. Un extraterrestre. Las bibliotecas albergan seres con antenas giratorias, cerebros millométricos que memorizan títulos rebuscados, rimbombantes, campanudos. Las personas que custodian libros siempre me han parecido criaturas singulares. Están dotadas de extremidades retráctiles que estiran y estiran hasta alcanzar aquel volumen al que parecía imposible acceder. A continuación, como si nada, se recomponen y todo vuelve a su posición natural. Parecen seres humanos, pero a poco que les observes percibirás que no son de aquí. Una de las cosas que más me fascina de los bibliotecarios es su cerebro. ¡Me parecen tan listos! Los libros fabrican pensamientos. Pasar tantas horas dentro de una factoría de ideas es bueno para tener un corazón rojo y brillante y una cabeza repleta de planes fantásticos.

Alguien me han contado que el 24 de octubre es el Día de la Biblioteca. Sería genial organizar una fiesta con confeti y pompas de jabón. Celebrarla por todo lo alto. Me encantaría vestirme para tal ocasión como el personaje de algún libro, sentarme en la mesa de una biblioteca de la ciudad donde vivo y esperar a que fueran a visitarme. En las bibliotecas puedes ser quien tú quieras. Desde Mary Poppins hasta Matilda, Atreyu, Drácula o incluso Pippilotta Viktualia Rullgardina Krusmynta Efraimsdotter Långstrump. Puedes ponerte botas de pelo, plumas, zancos y sombreros. ¡Sombreros! ¡Eso es! Imagino a una pequeña lectora acercándose a mí discretamente, atraída por los colores y formas de mi sombrero:

—Sombrerera loca, ¡qué fiesta más maravillosa! ¿Sería tan amable de servirme una taza de té?
Yo se la serviría con mucho gusto, poniendo cara de mujer refinada, y luego ambas haríamos ruido al tragar. Sonaría algo parecido a glup glup glup. Y antes de que nos diese tiempo de romper a reír de forma desenfrenada, aparecería el bibliotecario, como surgido de la nada, que para eso poseen la facultad de materializarse delante de ti en el momento más inoportuno, y nos advertiría de que las bibliotecas no son merenderos. Hay que reconocer que son únicos custodiando tesoros. Extraterrestres con el corazón rojo y brillante. Qué cosa tan extraordinaria. 

¡Feliz Día de la Biblioteca!



Texto: Ledicia Costas / Ilustración: Elena Odriozola













     El pasado 24 de octubre celebramos el Día de la Biblioteca, y no hemos querido pasar la oportunidad de compartir en este blog este precioso pregón escrito por Ledicia Costas en el que ensalza de forma maravillosa tanto a las  bibliotecas como a los  bibliotecarios. Nos quedamos con esta bonita frase :
  

"Cualquier individuo que padezca el síndrome del corazón gris, 
debería ponerse en manos de un experto y visitar una biblioteca"




        Y qué mejor manera de celebrar este día que ofrecer a nuestros usuarios más pequeños tres sesiones de La Hora del Cuento. 

        A la actividad asistieron más de 50 niños de entre 4 y 6 años que se divirtieron escuchando  los cuentos: León de Biblioteca, Otto el oso de libro y Murciélagos en la biblioteca. En todos ellos encontramos la presencia de bibliotecas, de libros, y de lectores ansiosos por disfrutar de todo lo que ofrecen las bibliotecas; Cualquiera de los tres títulos recomendables.

        Aquí tenéis una foto de nuestros pequeños "leones de biblioteca".




      
     Y a continuación, os ofrecemos unos consejos para los padres y madres que no saben cómo hacer para fomentar el hábito lector en sus hijos. Dichos consejos se adjuntaron al Pregón del Día de la Biblioteca  que hicimos llegar en el colegio a todos los niños de entre 3 y 8 años. Esperamos que os resulten útiles.





                                      CRECER LEYENDO







         Todo el mundo coincide en la importancia de la lectura y en las múltiples ventajas que conlleva adquirir el hábito lector. Hoy en día es algo incuestionable, incluso hay estudios científicos que evidencian el beneficio que produce en el  cerebro de los niños escuchar y leer cuentos.

           Sin embargo, son muchos los padres que no saben cómo conseguir que sus hijos lean, y más importante aún, que se acerquen a la lectura de manera voluntaria y satisfactoria. En un mundo donde los niños pueden acceder a tantas formas de ocio que no requieren el esfuerzo que requiere la lectura, resulta verdaderamente difícil que la elijan como forma de entretenimiento, y mucho más que se convierta en un hábito placentero.

          No existen fórmulas mágicas para conseguir que los niños lean y disfruten de la lectura, pero aún así, no es difícil, tan sólo se necesitan 5 minutos al día.  El momento, cuando ustedes quieran (aunque recomendamos justo antes de dormir)

          Encuentren el momento y lean a sus hijos todos los días un cuento (adecuado a su edad) (visiten la biblioteca y les orientaremos).

         ¿Cuándo comenzar? A partir de los 2-3 años ya se pueden leer cuentos a los pequeños, siendo la etapa infantil del colegio la idónea, ya que podemos aprovechar su interés por las letras y las palabras cuyo aprendizaje están comenzando. No se preocupen si sus hijos son mayores y todavía no han iniciado esta rutina con ellos, ¡nunca es tarde para comenzar!
Si son constantes, si comparten a diario con sus hijos esos minutos en torno a la lectura, pronto los niños les reclamarán, les exigirán incluso, su cuento diario. Sobra decir que si ustedes leen, ellos también leerán (por aquello de la imitación).

        Por supuesto, les recomendamos que visiten nuestra biblioteca con sus hijos al menos una vez al mes para elegir nuevos libros e ir variando las lecturas.

       Y un último consejo: no dejen de leer cuentos a sus hijos aunque sepan leer. A los niños les gusta escuchar historias leídas en voz alta a cualquier edad, y siguen necesitando nuestro estímulo: sigan compartiendo lecturas con sus hijos.